Ya en algún artículo publicado anteriormente he tratado el tema de las humedades, centrándome en ese caso en las humedades por condensación. En esta ocasión, y como la cuestión del agua en Galicia da para mucho, me voy a centrar en las humedades por capilaridad.

Las humedades por capilaridad aparecen siempre en la parte baja de muros y tabiques de sótano o planta baja, cerca del terreno o de una zona con presencia de agua, y se deben al fenómeno físico de la capilaridad. La capilaridad es una propiedad de los líquidos que le permite alcanzar cierta altura cuando están en el interior de tubos o conductos de pequeño diámetro.

La humedad, presente en el terreno (o en una zona inundada) asciende por capilaridad por muros y tabiques hasta una cierta altura, igual que sucede con una esponja. Estos muros están totalmente empapados de agua hasta esta altura, y por supuesto, también los elementos que pueda haber en la zona (cables, conductos, …). Al exterior lo que vemos suelen ser manchas oscuras y cercos perimetrales blanquecinos (sales de cristalización).

Existen diversos métodos para solucionarlas, que comentaré de una manera breve y general para dar una visión lo más amplia posible:

-     Barreras físicas: Consiste en realizar un corte transversal del muro e insertar una lámina impermeable, de manera que el agua no pueda sobrepasar el nivel en que se haya colocado la lámina. Este método se suele aplicar en muros de ladrillo.

-     Barreras químicas: Se forman introduciendo en el interior del muro productos repelentes a la ascensión del agua pero permeables al vapor. Debe asegurarse la impermeabilización total del muro, ya que si falla en algún punto, se acusará la presencia de humedad en ese punto.

-     Barreras eléctricas. Este método se basa en el uso de dispositivos electrónicos que emiten una señal eléctrica que anula el campo electrostático del muro, invirtiendo la polaridad y haciendo que la humedad no pueda ascender por los capilares.

-     Higroconvectores. Este método se basa en introducir en el muro una serie de tubos de plástico o cerámicos, donde se crea un flujo de aire interior. Este aire sale al exterior cargado con la humedad interna del muro, manteniéndolo seco.

Una vez solucionado el problema de humedad por capilaridad, es importante proceder a la reparación de las paredes afectadas, mediante el picado del mortero existente y aplicando otro con los productos adecuados.